El pequeño pino vivía en una bandeja de vivero. Pero no era feliz. Sabía que había vida más alla del invernadero. Un día tomó una decisión. Salir al mundo exterior y buscar a sus congéneres.
Caminó y caminó con sus dos raicitas endebles hasta que consiguió llegar a una gran pradera al pié de una montaña. ¡ Había llegado al gran bosque de pino negro !
3 comentarios:
En tiempos de Valero Cuenca, el pinico hubiese durao lo mismo que el agua en un cesto.
que bonito pino y que dure
ME GUSTA TU BLOG, MUY BIEN
Publicar un comentario